Canibalismo Político


Los partidos tradicionales rápidamente han ido perdiendo miembros por la derecha y por la izquierda. Se atribuye el desencanto general a un clima de impotencia y enfado al ver cómo el poder real para moldear la coyuntura ha pasado en buena parte de los líderes políticos nacionales (que, al menos en principio, están sujetos a las políticas democráticas) a las instituciones de libre comercio y las corporaciones, de un modo bastante acorde con la doctrina neoliberal. En los  Estados "democráticos" se están desarrollando estos  procesos muy similares entre si e independientemente a la inclinación política que manifiesten publicamente los estados.
Una cuestión relevante y motivo de preocupación no solo para el propio país sino, a causa del poder de la alternancia dónde el poder económico  no está en manos del estado.

La creciente oposición al asalto neoliberal subraya otro aspecto crucial de la convención general, la forzada y falsa polaridad política, que deja de lado a los ciudadanos que se niegan a aceptar el papel de “espectadores” ,en vez del de “participantes” que les asigna la teoría "democrática". Esta desobediencia, (participantes) siempre ha sido motivo de preocupación para las clases dominantes. 
Los ciudadanos nos negamos a aceptar el papel de espectadores que asigna la teoría democrática .

El desprecio de las élites hacia “las clases más bajas” ha adoptado varias formas a lo largo de los años. Últimamente, una expresión de este desprecio es el ejercicio que recomienda el estado llamando a la pasividad y obediencia (moderación en democracia) castigando a viejos principios como la desobediencia civil.

El poder estatal denomina una acción de la ciudadanía como "Política Violenta", suele ser nada más que el pueblo organizado. Y la organización del pueblo les genera cierto grado de temor cuando no existe un interlocutor con quién puedan acordar.

Ante esta situación se fuerzan en generar partidos políticos antagonistas , dónde más tarde acuerdan en un frente y nosotros somos tan solo espectadores de como ponen sus manos en nuestros bolsillos .

Esa pasividad y obediencia que el estado nos reclama,  no se corresponde cuando el accionar de las fuerzas de seguridad embisten contra quienes se manifiestan ante un reclamo genuino y pacífico.

Desde la cómoda posición de que el estado decida por nosotros sin consulta previa  , esgrimiendo que fueron elegidos como nuestros representantes capitalizando sus decisiones y no la nuestra , nos dejan desamparados por períodos de cuatro años.

Estoy convencido que ignorándonos creen que son dueños del poder, porque las corporaciones les hacen creer eso.  Sabemos que el poder se lo prestamos y si no cumplen con sus obligaciones hay que rectificar el rumbo.
Sino abrimos los ojos , el canibalismo político nos considera tan solo su comida.

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